viernes, 3 de mayo de 2019

LARVALBOT: EL ROBOT SUBMARINO QUE AYUDA A REFORESTAR LA GRAN BARRERA DE CORAL



Los investigadores australianos están usando la ecología y la tecnología para ayudar a la naturaleza. En este caso, nuevamente la robótica está demostrando sus numerosas aplicaciones positivas para el ambiente a través del proyecto LarvalBot, un robot submarino que entrega larvas de coral tolerantes al calor directamente en la Gran Barrera de Coral (GBC), siendo el primer proyecto piloto a pequeña escala de una nueva técnica para ayudar a restaurar y recuperar los arrecifes de coral del mundo.

Los arrecifes de coral ocupan alrededor del 0,1 al 0,5% del fondo marino, pero son el hábitat del 25% de las especies marinas. Los arrecifes son complejas estructuras tridimensionales que se han formado durante miles de años por la acumulación de esqueletos de carbonato de calcio. Constituyen uno de los ecosistemas más diversos y biológicamente complejos del mundo. La GBC es el mayor arrecife de coral del mundo. Está situado en el mar del Coral, frente a la costa de Queensland al noreste de Australia. El arrecife, que se extiende a lo largo de unos 2.600 kilómetros, es el único ser vivo que puede ser visto desde el espacio.

En la actualidad todos los arrecifes de coral se encuentran en serio peligro debido a los problemas relacionados con el cambio climático, la contaminación y prácticas pesqueras industriales destructivas.

LarvalBot es proyecto piloto que reúne la Inteligencia Artificial  (IA) y la robótica con el objetivo de preservar cuyo fin es salvar el coral y preservar la importancia de los arrecifes en la naturaleza marítima. Es un robot autónomo y submarino desarrollado por los investigadores Prof. Matt Dunbabin de la Universidad de Tecnología de Queensland (QUT) y el Prof. Peter Harrison de la Southern Cross University, ambas en Australia. Este robot ha sido ganador del premio de 225.000 dólares otorgado por la Great Barrier Reef Foundation, una organización sin fines de lucro destinada a la conservación de la mayor estructura viva del planeta, la GBC.

Este robot tiene la capacidad de transportar hasta 100.000 pequeños corales resistentes al calor. Las larvas de coral provienen de Australia y son altamente tolerantes a las aguas cálidas típicas de la zona. 

El proceso para obtener las larvas proviene de otro proyecto de fertilización liderado por el Prof. Harrison. En noviembre, ocurre el desove masivo de la GBC y los científicos recogen millones de huevos de coral y esperma. Entonces los cuidadosamente los crían en grandes recintos flotantes y una vez que se han desarrollado las larvas, se colocan en el robot hasta que se rocían en áreas muertas del arrecife. El coral bebé debe asentarse para crecer, pudiendo reproducirse aproximadamente tres años después. Según los datos aportados por sus creadores, tres robots Larvalbot pueden sembrar arrecifes a un ritmo de 1.500 metros cuadrados por hora.

Tras el éxito de esta prueba inicial en 2018, los investigadores planean implementar completamente su propuesta ganadora del desafío en 2019, construyendo mega-captadores aún más grandes y piscinas de incubación de larvas flotantes alimentadas con energía solar diseñadas para criar cientos de millones de especies genéticamente diversas. Las larvas de coral tolerantes se colocan en arrecifes dañados a través de una combinación de nubes de larvas y LarvalBots.

Les deseamos éxitos en esta batalla, no perdiendo de vista que este proyecto por sí solo no será suficiente. Es necesario que se enfrenten las principales causas del problema para detener y revertir el deterioro de los arrecifes de coral: la contaminación, e cambio climático y la pesca industrial.

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