Los investigadores australianos están usando la ecología y
la tecnología para ayudar a la naturaleza. En este caso, nuevamente la robótica
está demostrando sus numerosas aplicaciones positivas para el ambiente a través
del proyecto LarvalBot, un robot submarino que entrega larvas de coral
tolerantes al calor directamente en la Gran Barrera de Coral (GBC), siendo el
primer proyecto piloto a pequeña escala de una nueva técnica para ayudar a
restaurar y recuperar los arrecifes de coral del mundo.
Los arrecifes de coral ocupan alrededor del 0,1 al 0,5% del
fondo marino, pero son el hábitat del 25% de las especies marinas. Los arrecifes
son complejas estructuras tridimensionales que se han formado durante miles de
años por la acumulación de esqueletos de carbonato de calcio. Constituyen uno
de los ecosistemas más diversos y biológicamente complejos del mundo. La GBC es
el mayor arrecife de coral del mundo. Está situado en el mar del Coral, frente a
la costa de Queensland al noreste de Australia. El arrecife, que se extiende a
lo largo de unos 2.600 kilómetros, es el único ser vivo que puede ser visto
desde el espacio.
En la actualidad todos los arrecifes de coral se encuentran
en serio peligro debido a los problemas relacionados con el cambio climático, la
contaminación y prácticas pesqueras industriales destructivas.
LarvalBot es proyecto piloto que reúne la Inteligencia
Artificial (IA) y la robótica con el
objetivo de preservar cuyo fin es salvar el coral y preservar la importancia de
los arrecifes en la naturaleza marítima. Es un robot autónomo y submarino
desarrollado por los investigadores Prof. Matt Dunbabin de la Universidad de
Tecnología de Queensland (QUT) y el Prof. Peter Harrison de la Southern Cross
University, ambas en Australia. Este robot ha sido ganador del premio de
225.000 dólares otorgado por la Great Barrier Reef Foundation, una organización
sin fines de lucro destinada a la conservación de la mayor estructura viva del
planeta, la GBC.
Este robot tiene la capacidad de transportar hasta 100.000
pequeños corales resistentes al calor. Las larvas de coral provienen de
Australia y son altamente tolerantes a las aguas cálidas típicas de la zona.
El proceso para obtener las larvas proviene de otro proyecto de fertilización
liderado por el Prof. Harrison. En noviembre, ocurre el desove masivo de la GBC
y los científicos recogen millones de huevos de coral y esperma. Entonces los cuidadosamente
los crían en grandes recintos flotantes y una vez que se han desarrollado las
larvas, se colocan en el robot hasta que se rocían en áreas muertas del arrecife.
El coral bebé debe asentarse para crecer, pudiendo reproducirse aproximadamente
tres años después. Según los datos aportados por sus creadores, tres robots
Larvalbot pueden sembrar arrecifes a un ritmo de 1.500 metros cuadrados por hora.
Tras el éxito de esta prueba inicial en 2018, los
investigadores planean implementar completamente su propuesta ganadora del
desafío en 2019, construyendo mega-captadores aún más grandes y piscinas de
incubación de larvas flotantes alimentadas con energía solar diseñadas para
criar cientos de millones de especies genéticamente diversas. Las larvas de
coral tolerantes se colocan en arrecifes dañados a través de una combinación de
nubes de larvas y LarvalBots.
Les deseamos éxitos en esta batalla, no perdiendo de vista
que este proyecto por sí solo no será suficiente. Es necesario que se enfrenten
las principales causas del problema para detener y revertir el deterioro de los
arrecifes de coral: la contaminación, e cambio climático y la pesca industrial.
Fuentes:
Ecoinventos https://bit.ly/2Lng0wX
TicBeat https://bit.ly/2ZT1LmP
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