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El secuestro del carbón tiene como objetivo extraer el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera para luchar contra el cambio climático. Las tecnologías actuales para la captura y almacenamiento de carbono se centran en dos procedimientos:
- Conversión de CO2 en líquido: Se basa comprimir el CO2 en una forma líquida, transportarlo a un sitio adecuado e inyectarlo bajo tierra. A través de esta técnica se puede capturar en un 30% en las plantas de carbón. Pero la implementación se ha visto obstaculizada por los desafíos de ingeniería, los problemas relacionados con la viabilidad económica y las preocupaciones ambientales sobre posibles fugas de los sitios de almacenamiento.
- Conversión de CO2 en carbón sólido: El CO2 sólo puede ser convertido en un sólido a temperaturas extremadamente altas, lo que lo hace industrialmente inviable. Esto ha hecho que el sistema sea insostenible por sus elevados costos.
Ahora, investigadores del Instituto Real de Tecnología de Melbourne (RMIT), Australia, han descubierto una forma de capturar el CO2 de la atmósfera y convertirlo en carbón de una manera más económica y sostenible, para luego almacenarlo de forma fácil y eficiente en el suelo. La investigación fue publicada en la revista Nature Communications y ofrece una ruta alternativa para eliminar de manera segura y permanente los gases de efecto invernadero de nuestra atmósfera.
El investigador de RMIT, Dr. Torben Daeneke, dijo "Si bien no podemos retroceder el tiempo literalmente, convertir el dióxido de carbono en carbón y enterrarlo nuevamente en el suelo es un poco como rebobinar el reloj de emisiones".
La autora principal, Dra. Dorna Esrafilzadeh, investigadora del RMIT, desarrolló la técnica electroquímica para capturar y convertir el CO 2 atmosférico en carbono sólido almacenable. El nuevo procedimiento consiste en utilizar un catalizador de metal líquido (cerio) con propiedades de superficie específicas que lo hacen extremadamente eficiente para conducir electricidad mientras activaban químicamente la superficie. El dióxido de carbono se disuelve en un vaso lleno de líquido electrolítico y una pequeña cantidad de metal líquido, que luego se carga con una corriente eléctrica. La reacción electroquímica arranca el oxígeno del dióxido de carbono a un voltaje pequeño. El CO2 se convierte lentamente en escamas sólidas de carbono, que se desprenden naturalmente de la superficie del metal líquido, lo que permite la producción continua de sólidos carbonosos.
Lo que hace a este proceso verdaderamente único es que todo el proceso puede ocurrir a temperatura ambiente. Ahora, los investigadores esperan que su trabajo sea utilizado para innovar todavía más en lo que respecta al almacenamiento de carbono.
El carbono producido también podría usarse como un electrodo. Un beneficio adicional del proceso es que el carbón puede contener la carga eléctrica, convirtiéndose en un supercapacitador o supercondensador, por lo que podría potencialmente ser utilizado como un componente en futuros vehículos. El proceso también produce combustible sintético como subproducto, que también podría tener aplicaciones industriales.
Fuentes:
My Modern Met http://bit.ly/2Ry9bbh
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