Al momento de elegir los envases para embotellar bebidas, no sólo se toma en cuenta la inversión requerida y los costos sino la responsabilidad ambiental implicada al desechar dichos envases. Éstos pueden ser de diferentes materiales, vidrio, plástico, aluminio, etc., la gran pregunta es si son biodegradables o reciclables.
La disposición final de las botellas de plástico ha sido una pesadilla en el mundo entero ya que las mismas terminan en los océanos, ríos y suelos contaminando los ecosistemas y arriesgando la vida de millones de especies. Un ejemplo, es la isla de plástico localizada en el Océano Pacifico Norte y que se estima que tiene un tamaño de 1.400.000 km², 1,53 veces más grande que Venezuela que apenas tiene una superficie de 916.445km².
Por situaciones como éstas, cobra importancia la innovación en el campo del embotellamiento de bebidas. Un ejemplo de ello es Ch2oose, un invento del químico escocés James Longcroft, quien lanzó hace dos años una compañía de agua embotellada sin fines de lucro.
Ch2oose cuyo nombre en inglés significa “escoger”, se trata de una botella ecológica completamente biodegradable y reciclable, desde la tapa de acero hasta el cuerpo, que está hecha de papel y una combinación secreta de materiales vegetales y que podría ayudar a salvar los océanos del planeta de la contaminación plástica. Todo se descompone y regresa a la tierra sin dañarla, desde la tapa que se oxida en óxido de hierro, que es un mineral natural, la capa exterior, hecha de papel 100% reciclado, hasta el forro impermeable, elaborado de materiales 100% naturales beneficiosos para los ambientes marinos.
En su producción no se utiliza combustibles fósiles y su creador propone dirigir todas sus ganancias en una organización benéfica que procura el abastecimiento de agua potable a los países de África llamada Water for Africa. Esta organización cuenta con un programa sostenible de inversión, educación y capacitación que permite a las comunidades de África salir de la pobreza.
Después de meses de experimentar en la mesa de su cocina, se le ocurrió un nuevo tipo de botella de agua que es esencialmente una botella de papel con un forro impermeable.
Los materiales secretos en el forro se unen a la envoltura de papel, creando un sello dentro de la botella. Cuando la botella se deja en un vertedero o se arroja al océano, el papel se descompone desde el exterior hacia adentro. El proceso de descomposición toma unas 3 semanas.
El invento está en trámites de patente, y su creador creó una colecta con el sistema crowfunding para conseguir los fondos. Lleva recaudando unas 17.000 libras esterlinas de las 25.000 propuestas como meta.
Este invento puede sustituir los envases plásticos que tardan tanto en descomponerse que terminan contaminando y perjudicando el ambiente. Solo tenemos un planeta y necesitamos actuar ahora para asegurarnos de protegerlo para las generaciones futuras.
Fuentes:
La Gaceta https://goo.gl/QvBaHW
Planeta 2 https://goo.gl/MSENYP
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