Existen tecnologías que cuando aparecen, producen un gran temor en el público por la influencia que puede generar en nuestras vidas. Por ejemplo, pérdida de empleos, deshumanización, guerras, etc. Sin embargo, siempre he pensado y creído que las tecnologías como cualquier instrumento tienen su lado iluminado y su lado oscuro. Del uso que nosotros los seres humanos le demos a esos instrumentos dependerá el impacto positivo o negativo en nuestras vidas. Es un asunto de aprender a controlar esa herramienta. Un ejemplo muy sencillo es el cuchillo, con él se puede asesinar personas pero también se pueden preparar deliciosos platillos, todo depende de las manos que lo utilicen.
En la actualidad, la Inteligencia Artificial (IA) representa esa herramienta tecnológica cuya capacidad de ayudar o perjudicar a la humanidad está en entre dicho. Sin embargo, creo que la IA llegó para quedarse y tendremos que aprender a controlarla para ver su lado iluminado sobre el oscuro.
Tal como lo expresó José María Cornejo Director de Geomática de Argongra, “algunas personas piensan que la estupidez humana (la falta de inteligencia) es responsable de que nosotros mismos nos pongamos en peligro como especie. Nuestras malas decisiones sobre cuestiones como el cambio climático, la escasez de agua, el uso indebido de energía y un largo etcétera hacen que nuestro futuro no sea muy claro. Parece una idea increíble que usemos la inteligencia artificial en un tema tan importante como el ambiente. Donde la especie humana parece haber perdido su cordura.
No creemos que esto sea así. La humanidad no ha perdido su cordura. Hoy nos tenemos que enfrentar a problemas nuevos, complejos y variados y, por lo tanto, necesitamos nuevas herramientas. Pero en el pasado también nos hemos enfrentado a problemas ambientales, que hemos resuelto.”
Así pues, la IA puede ayudarnos a mejorar la salud del planeta incrementando los beneficios para el ambiente. Esto se debe a que la IA comprende y analiza datos no estructurados que son captados por sensores, algo que en el ambiente sirve para mejorar la eficacia en la toma de decisiones, sustituyéndose la indecisión humana por la exactitud de la máquina. Por otro lado, la IA ha puesto sobre la mesa nuevas metodologías de trabajo que aprovechan tanto la enorme cantidad de datos disponibles (Big Data) como una increíble capacidad de cálculo.
Existen varias formas en que la IA puede ser de utilidad, entre ellas:
1. Predicción de incendios forestales
Mediante el uso de diferentes programas tecnológicos y colocación de sensores en los árboles de los bosques. También basándose en el historial de comportamiento climático de cada región y detectando las zonas de calor por si éstas están variando.
Este monitoreo exhaustivo de la cubierta forestal permite dar recomendaciones simples y determinantes al mismo tiempo. Por ejemplo, señalando a las autoridades qué rincones de su país están más secos y se deben regar.
2. Ciudades y edificios inteligentes
Lejos de los bosques, la inteligencia artificial se aplica a las ciudades, concretamente a los edificios inteligentes. Éstos, conociendo variables como el consumo de energía, la ubicación geográfica, el clima, las horas de tráfico y los eventos que suceden alrededor, pueden ayudar a reducir la energía que utiliza el edificio y, por tanto, su impacto ambiental.
Gracias a la automatización de ciudades y edificios, las ciudades tendrán también un consumo más eficiente de agua y mejorarán los sistemas de transporte para reducir las emisiones de gases contaminantes.
3. Agricultura inteligente
La agricultura es una de las actividades imprescindibles para el desarrollo de la vida humana, sin embargo, mediante el uso de pesticidas y distintas sustancias, la producción agrícola puede afectar considerablemente el planeta.
Con la IA se puede lograr una agricultura más inteligente, que pueda detectar problemas en los cultivos y desarrollar para éstos soluciones amigables con el ambiente. Además, la IA puede ayudar a reducir el uso excesivo de agua y generar sistemas de plantación más rentables para climas extremos, expandiendo las posibilidades de cultivo de múltiples países.
También a partir de los datos meteorológicos y los que captan los sensores colocados en los tractores, el agricultor tiene una amplia asesoría en su toma de decisiones. Este tipo de inteligencia puede proponer qué tipo de cultivo conviene cultivar en función de la predicción meteorológica, y también ver si hay plagas y cómo interactúan. De esta manera, a mayor conocimiento de la plaga se corren menos riesgos de que la cosecha se estropee y se pueden tomar mejores soluciones para erradicarla.
4. A nivel alimentario
El mayor control de la cadena de producción ayuda a que no exista desperdicio de comida.
5. Suministro hídrico
En lo referente al agua, desde hace tiempo se utilizan algoritmos de predicción para detectar fugas y distribuir mejor el suministro del recurso hídrico. Para saber a futuro qué regiones tendrán agua y cuáles no, se basan en mediciones de calor y en los patrones meteorológicos históricos.
Saber cómo se ha comportado la lluvia, permite decidir mejor a los gobiernos sobre cuándo realizar campañas de concienciación de ahorro de agua.
6. Aumento en el uso de vehículos autónomos
Los vehículos autónomos son una realidad en pleno desarrollo, que permiten transformar el transporte y al mismo tiempo disminuir la emisión de sustancias tóxicas y gases de efecto invernadero.
7. Uso de energías renovables
Aplicando IA se puede lograr un uso y suministro de energías renovables más eficiente, trabajando en nuevas opciones de almacenamiento y gestión de las mismas.
8. Predicción del clima
El cambio climático es una realidad inevitable, pero gracias a la IA se pueden realizar cálculos y predicciones para prevenir desastres naturales y así adelantarse a los impactos que los fenómenos naturales como huracanes y tsunamis pueden causar.
9. Contaminación del subsuelo
Los problemas de contaminación del subsuelo presentan varios retos particulares en los que la IA puede ayudar a través de la interpretación de imágenes satelitales de manera intensiva.
Para concluir, éstas son solo algunas de las aplicaciones que hasta el momento se conocen para la IA. Pero conociendo su velocidad de crecimiento, es posible pensar que en apenas unos años existirán todavía más formas de emplearla para ayudar al planeta.
La IA es una necesidad si el ser humano quiere resolver los problemas ambientales que enfrenta y en palabras de José María Cornejo “tenemos que usar Inteligencia Artificial si queremos seguir disfrutando de nuestra Inteligencia Natural”.
Fuentes: