La acelerada tecnología ha producido su propio tipo de desperdicios.
Casi 1.000 millones de aparatos electrónicos son desechados cada año: teléfonos
celulares, computadoras, televisores y monitores, entre otros. Todos
contribuyen con una epidemia llamada basura electrónica o E Waste.
En todo el mundo los rellenos están repletos de basura electrónica.
La mayoría de los metales tóxicos en estos rellenos proceden de aparatos electrónicos
desechados. Las computadoras también dejan atrás más de 2.700 millones de kilogramos
plástico, 680 millones de kilogramos de plomo y otros 270 mil kilogramos de
mercurio. Hay varias toxinas en los aparatos electrónicos, tales como el plomo,
mercurio, retardadores de fuego con bromo, cromo y berilio que son terribles venenos y que causan deficiencias en el comportamiento de los niños, degeneración de las
neuronas, disfunción cognitiva, cáncer y lesiones pulmonares, entre otras. La
mayoría se lleva a rellenos causando un caos en la salud mundial.
Solo el 20% de los desechos electrónicos del mundo se
reciclan y se espera que su volumen siga creciendo, porque de lo contrario la
ONU estima que podría haber hasta 120 millones de toneladas de basura
electrónica en 2050.
Para manejar la basura electrónica existen empresas como
SIMS Recycling Solutions (SRS), un proveedor global líder de servicios de
reciclaje de productos electrónicos y disposición de activos de TI. Todo es reciclable
según ellos y por tanto no la consideran basura electrónica sino chatarra electrónica,
la cual tiene un valor.
En sus instalaciones de Chicago, procesan en promedio cerca
de 1.800.000 kilogramos de aparatos electrónicos por mes. Según SMS, todo se
recupera sin tener que enviar algún desecho a los rellenos. Para lograrlo
cuentan con la ayuda de una fuerte máquina llamada desmenuzadora, la cual tritura
y reduce las piezas electrónicas en piezas más pequeñas de unos 8 centímetros.
La razón para desmenuzar es para poder crear “liberación”.
Los materiales son separados de aquellos a los cuales están conectados,
posteriormente se remueven manualmente algunas partes como el cobre, o se usan
imanes para recoger el acero. Luego, una pulverizadora y algunos filtros de
alineación actúan como aparatos de medición para filtrar el plomo del vidrio.
Pero la desmenuzadora no puede encargarse de todo. Algunos
materiales requieren un poco de cuidado extra. Las placas de circuito impreso son
manipuladas a mano para recuperar mucho de su valor, traducido en metales
preciosos como el oro, la plata, platino, paladio, cobre y otros elementos.
Gracias a este tratamiento de las piezas electrónicas desechadas, ningún
desecho va a los rellenos. Incluso los materiales de empaque son reciclados. De
esta manera, se utiliza tecnología para combatir una de las consecuencias de nuestra
adicción a la tecnología.
SRS ha ampliado recientemente sus líneas de procesamiento en
las instalaciones de desechos electrónicos de Eindhoven, Países Bajos. Esta
innovación involucra dos nuevas líneas de clasificación que usan sensores de
metal, reconocimiento de color y tecnología fotográfica para separar plástico,
tableros de circuitos y metales. “La mejora constante en las tecnologías de
procesamiento es una alta prioridad para SRS, ya que esto nos permite entregar
de forma segura materiales reciclados y separados en todo el mundo",
declaró Marc Affüpper, director de SRS, EMEA. "Al innovar nuestras líneas
de procesamiento, podemos administrar incluso los dispositivos electrónicos más
nuevos y complicados".
Fuentes:
Recycling Product News http://bit.ly/2VSchsW
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