El tema del agua es VITAL. Hay un hecho innegable, NO podemos vivir SIN agua, y no es sorprendente, pues nuestro cuerpo está compuesto en un 70% de agua.
La población mundial para el año 2015 era de 7.347 millones de personas (datos del Banco Mundial). Más de 663 millones de personas (casi 10% de la población), según cifras de la OMS, no tienen acceso al agua potable y casi 2.000 millones acceden a agua contaminada con heces fecales, lo que pone a esta población en riesgo de contraer enfermedades como el cólera, tifoidea, polio y disentería, producto de la mala calidad del agua que consumen.
Por otra parte, nuestro planeta contiene más de mil millones de billones de litros de agua, pero poca se puede tomar. Más del 97% del agua en la Tierra es salada. Dos tercios del agua dulce está retenida en glaciares y en las capas de hielo polar. De lo que queda, la mayor parte está atrapada en el suelo o en acuíferos subterráneos.
Eso deja disponible para los que necesitamos el "vital líquido" una fracción mínima, y no sólo para tomar sino que muchas de las actividades humanas involucran el agua de alguna manera.
Por eso, la información revelada por Wikileaks en 2016 cobra importancia y enciende las alertas: se prevé que el mundo se quede sin agua potable para el año 2050.
Son 17 los objetivos fijados por la Organización de las Naciones Unidas y aprobada por los dirigentes mundiales el 25 de septiembre de 2015 en la llamada Agenda de Desarrollo Sostenible, las cuales serán revisadas nuevamente en 2030. Uno de los objetivos del Desarrollo Sostenible es garantizar el acceso de la población al agua potable.
Bajo este panorama, este invento llevado a cabo por la Universidad de Manchester en Reino Unido, podría ser de gran ayuda para esas millones de personas que no tienen acceso a agua potable y que, según la ONU, representarán un 14% de la población mundial para 2025.
Un equipo de científicos de dicha Universidad ha logrado crear unas membranas de óxido de grafeno que no se agrandan en contacto con el agua y que son capaces de tamizar las sales comunes.
Transformar el agua de mar en agua potable podría proporcionar este preciado bien a millones de personas en el planeta que tienen dificultades para acceder a fuentes adecuadas de agua limpia.
Los poros del tamiz de grafeno diseñado por los expertos son tan pequeños que puede controlarse con precisión hasta a escala atómica, por lo que es posible tamizar las sales comunes.
Estas membranas de óxido de grafeno desarrolladas en el Instituto Nacional del Grafeno ya han demostrado el potencial de filtrar pequeñas nanopartículas, moléculas orgánicas, e incluso las sales grandes usando menos energía.
Hasta ahora, sin embargo, no se podían tamizar las sales comunes porque requerían tamices aún más pequeños y las membranas se hinchaban al ser sumergidas en agua, con lo que las sales más pequeñas aún seguían filtrándose junto con el agua.
Para resolver este problema, los científicos diseñaron una estrategia para para evitar la inflamación de la membrana cuando se expone al agua.
De esta manera, al filtrar el agua salada, ésta ya sí es segura para beber, pues hasta las sales más minúsculas quedan atrapadas en este filtro, ya que el tamaño de los poros puede controlarse con enorme precisión para poder separar la sal disuelta en agua u iones y moléculas, ajustando el tamaño al de estas partículas.
El equipo deberá demostrar también cómo producir estas membranas a escala industrial y a bajo costo, y cuánto podrán resistir en contacto constante con agua de mar y su resistencia al “ensuciarse con material orgánico y biológico y con sales”.
Fuentes:
Noticias Ambientales https://goo.gl/cYXIid
CNN Chile https://goo.gl/oiHfV7
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