viernes, 21 de abril de 2017

OOHO, LA BOTELLA DE AGUA COMESTIBLE


Es un hecho ampliamente conocido que las botellas de plástico contaminan el ambiente con su disposición final inadecuado, que tardan más de 1000 años degradarse y que  un mínimo porcentaje de ellas son recicladas, con el consecuente gasto de energía que esto conlleva. Por otra parte, con más de 223 mil millones de litros al año y un crecimiento de un 400% en las tres últimas décadas, el agua embotellada es un problema.

Es por ello, que en los últimos años han surgido alternativas sostenibles para reemplazar los envoltorios y recipientes. La propuesta más revolucionada e innovadora ha sido Ooho, una alternativa comestible a las botellas plásticas hechas de algas marinas que ha ganado varios concursos europeos de innovación de nuevos productos más sostenibles.



Skipping Rocks Lab, los creadores de Ooho, describen el producto como "una fruta hecha por el hombre" que usa una doble membrana para contener el agua. Agua y cualquier otro líquido que se nos pase por la cabeza. Todo esto usando, según explican, 5 veces menos CO2 y 9 veces menos energía que una botella tradicional.

Inspirados en técnicas de gastronomía molecular, el español Rodrigo García González y los franceses Guillaume Couche y Pierre Paslier diseñaron esta especie de ‘bolsa’ hecha a base de algas pardas y cloruro cálcico. Las dos capas de membrana se consiguen a través de un proceso culinario llamado esferificación, por el cual los alimentos se encapsulan con texturas de gelatina. Antes de envasarla, el agua debe congelarse para evitar que se mezcle con los otros ingredientes.

Pierre Paslier, indicó que para transportar grandes cantidades de agua, una serie de cápsulas se pueden envasar en una piel más grande y más gruesa: como una naranja.

Por otra parte, la técnica que hay detrás de estas botellas comestibles no tiene nada de innovador. Fue patentada por Unilever en 1946 con la idea de crear frutos del bosque artificiales y es conocida como 'esferificación'.

En fin, el resultado es un envase sencillo, resistente, higiénico y biodegradable, que propone reemplazar a las clásicas botellas de plástico. Otra característica es su bajo costo, dado que producir cada ‘bolsa’ demanda un par de centavos de dólar (a diferencia del agua embotellada, donde lo más caro resulta el PET). De acuerdo a sus creadores, los consumidores más habilidosos pueden crearlas por su propia cuenta y hasta probar nuevas recetas (por ello es open source).


Según analizan los diseñadores, esto es especialmente útil para los deportistas, que en muchos casos utilizan agua en bolsa para hidratarse.

Tal vez el potencial de este invento es limitado y estas “botellas” no cambiaran el mundo, pero lo importante acá es la innovación y la búsqueda creciente del interés de los inversionistas en las tecnologías limpias.

Fuentes:
The Guardian https://goo.gl/pfZQlp

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