Recientemente, los científicos utilizaron anteojos montados en cámaras y conjuntos de electrodos para enviar datos visuales directamente al cerebro de pacientes ciegos. Una compañía llamada Second Sight fabrica un implante similar que, según afirma, está siendo utilizado por 350 pacientes en todo el mundo. Pero esos experimentos no han podido proporcionar a los pacientes algo parecido a la visión normal. Para prueba de ello, ningún paciente colgó su bastón o a su lazarillo.
Pero ahora, los investigadores están trabajando en una nueva generación de dispositivos que dicen que podrían devolverles la visión a los ciegos.
Daniel Palanker, experto en prótesis visuales de la Universidad de Stanford, y su equipo crearon un implante de retina con 400 fotodiodos, piense en ellos como "píxeles", que les dio a los participantes que tenían el dispositivo implantado, hace un año, la capacidad de reconocer objetos en una mesa y leer letras en una pantalla, según la revista Science.
Palanker y su equipo presentaron vídeos de sus hallazgos en la reunión anual de la Sociedad para la Neurociencia en Chicago de este año.
El nuevo dispositivo no funcionará en pacientes que hayan perdido la visión debido a una lesión o daño al nervio óptico. Funcionará solo en pacientes que todavía tienen la mayoría de las vías que permiten la vista intacta, a excepción de sus fotorreceptores.
Los fotorreceptores son solo el primer paso en la larga vía sensorial ya que la información visual se transmite desde el ojo al cerebro. Los fotorreceptores son responsables de enviar señales a células especiales en la parte posterior del ojo, que luego transmiten esa información a través del nervio óptico al cerebro.
Muchos trastornos comunes, como la degeneración macular y el desprendimiento de retina, causan la destrucción de los fotorreceptores, pero dejan intacto el resto de la vía sensorial. Dispositivos como el de Palanker hacen uso de esta vía sensorial restante.
Si se han destruido mucho más que los fotorreceptores del paciente, son necesarias soluciones alternativas. El dispositivo de Second Sight, por ejemplo, implica implantar 60 electrodos directamente en la corteza visual, el último paso en la transmisión de información antes del cerebro. Estos electrodos luego transmiten señales al cerebro que son recogidas por una cámara montada en un par de anteojos.
Se espera los resultados de estos experimentos. Sin embargo, será necesario considerar los riesgos asociados con la implantación de electrodos directamente en la corteza visual, como la de Second Sight. Demasiada estimulación podría correr el riesgo de provocar una convulsión. Si los electrodos están demasiado juntos, los puntos visuales podrían fusionarse en una gota. Otros han expresado su preocupación por los cables que causan cicatrices.
Fuente:
Futurism http://bit.ly/2JI9Kws
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